La gran y bonita labor del voluntariado

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La gran y bonita labor del voluntariado

Foto de Tania Martinez (1)

El voluntariado es un sentimiento. Es algo interno que corre por las venas de solo algunos seres humanos, es un impulso, es fuerza, es lucha, es empatía, es desinterés, es solidaridad, es una mente muy distinta a la del resto de los mortales, es una fe inmensa en un mundo mejor, o por lo menos, diferente al que nos obligan a convivir.

El voluntariado tendría que ser la energía que mueve a los seres humanos a ayudar a los demás; debería, junto con la solidaridad, ser los papeles y valores más importantes que todo el mundo tendría que anteponer en sus vidas. Es un conjunto de sentimientos; cooperación, ilusión, arrebato, valentía… Sencillamente, podemos deciros que es algo ADMIRABLE.

¿No os parece increíble que existan “ángeles” capaces de todo con nada?¿No os parece increíble que se le pueda preguntar a una persona el motivo de sus buenos actos y la respuesta sea un simple “no lo hago por nada simplemente me llena”? Hacer algo sin motivo alguno más que la fe en lo que hace, sin nada a cambio, más que la satisfacción personal, sin ningún tipo de ayuda más que la de su propia fuerza e ímpetu, y con la mayor donación que puede hacer un ser vivo: el tiempo. Eso, debería de ser lo que moviese el mundo.

Imaginaros por un segundo un mundo como el que os acabamos de describir, imaginaros que en vez de guerras hubiese reuniones para ponerse de acuerdo, que en vez de bombas hubiese un diálogo en el que alguien diese el brazo a torcer. Imaginaros algo mucho más sencillo que eso, imaginaros una catástrofe natural, algo ajeno en mayor medida al ser humano, situaros por un segundo en uno de esos países donde estas desgracias están a la orden del día. ¿No sería más simple para todos que los países europeos ayudasen poco a poco en la mejora de las infraestructuras de esos pobres países?

Si después de leer este artículo, os deteneís a pensar en ello, llegaréis a la conclusión de que el voluntariado, con todo lo que conlleva, junto con la solidaridad son la clave para la paz.

El mundo solo es una comunidad enorme que debemos de cuidar y mantener.